domingo, 10 de junio de 2007

DOMINGO, DOMINGO….

… qué buen pretexto das para cantarte. Hoy, si Dios quiere, será nuestro último domingo en Ucrania. Si todo va según lo previsto, el martes viajaremos a Kiev y el viernes o el sábado volaremos para España, finalizando el viaje hacia la paternidad que iniciamos el pasado día seis de Mayo, hace casi un siglo.

Estamos con la nostalgia justa, la de un sentimiento difuso de querer volver a lo conocido (mi ducha, mi cama, mi casa, mi coche, mi nevera…) y más claro de querer volver a nuestra vida, a nuestra gente. Y, sobre todo, de querer compartir todo esto con Alberto.

Sabemos que, al marcharnos, dejamos muchas cosas atrás, entre otras varias decenas de miradas curiosas, a veces suplicantes, interrogadoras, ingenuas, dulces, inexpresivas. Dejamos atrás sonrisas y lágrimas, intentos de abrazos, peticiones de galletas, miradas de provocación. Dejamos atrás a Sasha, a Alexei, a Diana, a Andreyi… a ese niño que no sabemos como se llama pero que tiene la misma cara que tendrá de mayor (yo le llamo “el notario”), que en estos días se han vuelto tan cotidianos como nuestros vecinos, parece como si nunca fuéramos a dejar de verles, pero no… nos iremos de aquí y nos les veremos nunca más. No sabemos si serán adoptados o no; todos merecen unos padres, todos necesitan unos padres que les quieran, que les abracen, que les castiguen, que les mimen, que les enseñen, que les regañen, que les eduquen, que les quieran.

Tenemos el sentimiento de la pena de dejarles aquí, de no conocer su incierto futuro y a veces nos decimos: “Si pudiéramos llevarnos también a Diana, o a Sacha…”, pero no, no podemos, no debemos, hay muchas familias que esperan y pocos niños. Nosotros nos volvemos sólo con Alberto y ya vamos bien, porque ahora es cuando empieza lo difícil de este viaje: el retorno, el ansiado retorno. Sabemos que ahora viene lo más complicado, la adaptación de Alberto a nosotros y viceversa. Alberto pierde muchas de las cosas que quiere y nosotros algunas de las que nos hacían la vida más fácil.

Para los niños, querer es sentirse bien, sentirse seguro, tener comodidad, rutina, dominar las situaciones. Alberto pierde sus olores conocidos, sus cuidadoras, su idioma –que ya entiende y empieza a chapurrear- sus comidas, sus compañeros (habrá alguno que le da miedo, porque pega, otro del que es muy amigo, otro con el que compite por ver quien corre más…), el rincón de la sala donde se esconde cuando está asustado, el programa de la tele que les ponen las cuidadoras los domingos y que no entiende pero tiene colores muy bonitos…

Y eso lo cambia, de repente por: me suben en un “pip, pip” (un coche) durante cinco horas con estos señores que me han dicho que son “mama” y “papa” (nota: aunque a mí ha empezado a llamarme “mama”, también, imaginaos el lío que tiene en la cabeza), dormir en su misma cama, comer comidas raras a horas que no son a las que estoy acostumbrado, me montan en otro “pip, pip” y me llevan a un sitio muy grande y me hacen entrar en un cosa muy rara como una habitación muy larga llena de asientos, donde todos miran hacia al mismo lado pero no hay tele y, de repente, la habitación se mueve y yo siento una cosa muy rara en el estómago que hace que me pegue hacia atrás en el asiento y me da miedo, y lloro, y me dicen algo con voz muy dulce pero no lo entiendo, y luego estamos aquí sin poder jugar ni correr y luego otra vez la habitación se mueve mucho y parece que me he caído del asiento, pero no me he caído y me pongo a llorar otra vez, en parte porque me da miedo y en parte porque se que me va a coger mamá y me hablara otra vez con voz suave y me dará besitos…

Después vendrá el llegar a casa, el que sienta (que es su forma de pensar) que no ve por ningún sitio a sus cuidadoras (a las que llama “mama”, también), a sus amigos, su arenero preferido del patio, el cubo verde sin asa con el que le gusta jugar, el muñeco -“mimi”- que suele meter en el cubo. Tendrá el sentimiento de pérdida de todo eso, habrá perdido los sonidos, los olores, los sabores, las visiones que habían llenado su pequeña vida hasta el momento, que no eran las más bonitas, las más dulces, pero eran las suyas… Cambiará su habitación compartida y su cuna por una habitación para él solo en la que su madre ha elegido hasta el mínimo detalle, una cama para él solo… pero él no sabe de colchones de látex o estampados relajantes en las cortinas. Él siente cambios y los cambios ocasionan incertidumbres y, cuando tienes tan pocas defensas como un niño de dos años, las incertidumbres dan miedo.

Nosotros habremos perdido la comodidad de tenernos sólo el uno al otro, la libertad de esa situación, nuestros horarios, donde cabían trabajos de largas jornadas, gimnasio, dietista, cine y cena todos los viernes, cena con amigos, las mañanas de los domingos en la cama hasta la hora de Misa, leer el periódico hasta los anuncios, estar en silencio en casa, leyendo, cenar pizza porque hoy nos apetece, ir de viaje cuando queríamos, a donde queríamos (se acabaron, por unos años, los viajes exóticos, me tendré que contentar con ver las fotos de los de mi hermanita). Se acabó, en definitiva, eso de mirarnos el ombligo y de ir haciéndonos cada vez más comodones y más egoístas, para dedicarnos a pensar en Alberto, en como hacer que crezca seguro, sano y feliz y, sobre todo, en como hacer que saque lo mejor de sí, que sea una buena persona, que para nosotros es lo más importante, casi lo único importante.

Hasta ahora ha sido fácil. Os teníamos ahí al otro lado de la pantalla; nos hemos sentido como los protagonistas de una novela por entregas, que no tenían más remedio que ser unos héroes, ¡cómo íbamos a flaquear con tanta gente mirando! Ahora viene lo más difícil: la rutina, lo aburrido de lo cotidiano. Decía San Josemaría que hay personas que se dejarían clavar en una cruz ante la mirada atónita de una multitud pero que son incapaces de soportar los pequeños alfilerazos de cada día. Eso nos pasa, sobre todo, a los que somos tan vanidosos como yo, que lo que más nos gusta en la vida es que nos quieran, que hablen bien de nosotros… Espero que, con la ayuda de Dios y por el amor que les tengo a mi mujer y a mi hijo, sea un buen padre como lo fue el mío al que, en estos pocos días, he comprendido más que en muchos años de convivencia con él.

A partir del martes será nuestro. Su madre empezará a estar más tranquila porque podrá darle ella la comida, bañarle, darle crema (no soporta ver su delicada piel reseca y llena de picaduras, de heridas, de rozaduras), vestirle con su propia ropa, no verle con la misma ropa que ayer llevaba otro niño… Gracias a Dios las mujeres son más prácticas y piensan en lo de ahora, en las necesidades inmediatas: el pañal, el potito, la gorra para el sol. Yo voy pensando en que libros leerá primero, en como despertar su interés por la música, en enseñarle a rezar…

Bueno, en dos días, saltaremos definitivamente al abismo de la paternidad, ya mayorcitos, bien entrenados, con muchos conocimientos teóricos y algunos prácticos, habiendo compartido y escuchado todos los problemas de los hijos de nuestros parientes y amigos, desde los cero hasta los veinte años. Lo malo de pedirle cosas a Dios con mucha insistencia es que al final va y te las concede.

Y, el año que viene, si todo va bien, a por la hermanita, que se lo he prometido a la madre.

Abrazos,


Cacha






PD: Hay noches que tengo pesadillas, en las que aparecen la madre y el hijo, que vienen a por mi y me quieren morder, ¿por qué será?







14 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya estais tardando.

Colla

Anónimo dijo...

¡Ya era hora, vogonetas!. Bueno, lo importante es que estamos a 48 horas de salir del "calabozo" con el principe rescatado. El dragón quedará allí para siempre, echando fuego por su boca, y los 3 regresaréis al hermoso pais de donde salistéis hace ya....y fueron felices y comieron perdices.
(yo recomiendo más ricos purés de verdura y ternera o merluza para el chiquitín. La perdíz me parece algo precipitado...)
Tras tu reflexión, Cacha, tengo claro que la teoría está bien aprendida por lo que la vuelta no dejará de ser una vorágine pero será más llevadera. Seréis capaces de reconocer todo lo que pasa y el cambio drástico de vuestra vida así que lo notaréis menos y lo asumiréis mejor. Una cree estar preparada pero hay momentos en que se da cuanta que no había abarcado toda la dimensión de la nueva situación y eso desborda. Creo que a vosotros no os va a pasar.
Me alegro de que todo vaya tocando a su fín y pronto estéis de vuelta.
Ánimo para esta última semana. En mi caso fue la más dura pero eran otras circunstancias: Irene no dormía, no podíamos salir a la calle por su bronquitis y los 12º bajo cero, encerrados una semana en el apartamento, muchos, muchos lloros y demasiado cansancio. Sobre el viaje de vuelta prefiero no pronunciarme...
Un beso muy, muy fuerte,

Mafer

Anónimo dijo...

Querida familia,
hoy ha sido la primera vez que me he metido en vuestro blog y llevo más de una hora leyendo. Ha sido muy emocionante compartir con vosotros vuestras sensaciones en este arduo proceso y en más de una ocasión me he emocionado. Alberto es guapísimo y tiene una sonrisa preciosa, este niño, vuestro niño, las va a volver locas cuando enseñe sus piezas blancas de marfil. Seguro que os llenará de muchas alegrías y también de algún que otro disgusto, pero aún así, merece la pena. Todos nosotros estaremos en Madrid del 22 de junio hasta el 26 y nos encantaría disfrutar de vuestra compañía por un rato, por pequeño que sea, de modo que hacernos un hueco en vuesra agenda. Aroa ha estado viendo las fotos conmigo y le he explicado lo que significa "adoptado", que curioso como los niños tienen un sexto sentido o qué se yo, ha dejado de preguntar y se ha limitado a sonreir mientras miraba las fotos de vuestro hijo. No sigo más como veis me han dado las 12.30 de la noche y mañana lidio con dos miuras, de modo que buenas noches, familia.
Alicia

Anónimo dijo...

Bieeennn, casi todo paso.

La family esta esperando a los 3 con autenticas ganas... Puffff.

Por cierto, no sabemos si necesitais que alguno de nosotros vaya a buscaros al aeropuerto, transporte, ayuda en general. etc. Si es asi, (decidlo, por Dios).

En cualquier caso Cacha, no es de extrañar lo de tus pesadillas, lo realmente curioso, seria que no las tuvieras, pues "menuda te espera entre el hijo y la madre"... ¡¡preparate!!.

Bueno pareja, (perdon, trio). que solo faltan 4 o 5 dias para "tocar, manosear, etc.".

Mil besos hermana, Jose, Alberto.

Anónimo dijo...

Vamos Arancha, vamos Arancha....

Ya queda poco.

Besos mil

Colla.

Anónimo dijo...

Hola familia, que alegria saber que dentro de unos dias estais de vuelta los tres.
¡Que dificil es la despedida! es verdad que deja atras todo lo que para él es su familia,sus "mamás", sus "hermanos", en fin todo lo que es su vida hasta ahora, apretaros fuerte el cinturón, tragar saliba porque aunque la alegria es inmensa por poder rescatar por fin a vuestro hijo, siempre nos queda ese nudo en la garaganta por dejar atras todo lo que habeis vivido hasta ahora........es dificil.
Y luego a disfrutar de cada momento con Alberto bueno y malo, porque todos merecen la pena.
Toda la suerte del mundo desde aqui y a disfrutar de esa preciosa familia que habeis formado.

Anónimo dijo...

Soy Eli, os esperamos.
El otro dia hable con Isa, y las dos nos dijimos lo mismo Gracias,Cacha gracias por todo un beso muy fuerte.

Anónimo dijo...

Después de todo éste tiempo leyendo día a día todas vuestras alegrías, tristezas, esperanzas, miedos, dudas,...... parece increíble que ya "por fin", estaréis de nuevo aquí en Madrid con las personas que os hemos seguido con tanto cariño e ilusión, hemos llorado y reído con vosotros y por vosotros y sobre todo gracias a Dios por haber cumplido vuestro sueño, .... chicos supongo que ya sois conscientes de que habéis llegado aun montón de corazones que estamos al otro lado de la ventanita; y que después de tanto tiempo de lo que realmente tenemos ganas es de "abrazarooooooooooooooooooooos" de verdad.
No os preocupéis por ése periodo de adaptación, a ellos lo único que les hace falta es el cariño y el amor sentido (que es lo que estáis haciendo), y con eso …… lo es todo

Anónimo dijo...

Ya estáis llegando al principio del principio. Alberto está precioso y vosotros pletóricos. ¿Qué más se puede pedir?. Estoy convencida de que al iniciar vuestra vuelta, aunque tengáis momentos que en principio os desconcierten, vais a salir airosos de todo. Os sabéis la teoría y lo que es más importante, tenéis unos corazones que no os caben en el pecho. Y esto es lo que nunca falla. Aunque la teoría diga "no", si sentís un "sí", seguro que elegiréis el "sí" y acertaréis. En el fondo, esto esto es como el "Trivial Purching", dices la contraria a la que te dice la razón, y ganas. Cuando lleguéis, no os agobies pensando que tenéis que vernos a todos, porque no tendríais tiempo material, así que emplead el tiempo en vosotros y recordad que estamos ahí para lo que queráis y cuando necesitéis. (24 horas los 365 días del año). Lydia ya ha empezado a guardarle a Alberto piruletas y Paula le ha incluido en su lista de "niños de la familia de menor a mayor". Besos, besos y besos.

Anónimo dijo...

Tranquilos, los niños se adaptan. Es su especialidad. Incluso su ser.

Lo difícil vendrá luego, cuando él y su hermanita os pidan el piercing lingual que emite sabores al besarse, el implante de oreja con capacidad para 2 millones de canciones y medio millón de archivos de El Rincón del Vago , las gafas virtuales con las que transmitir a sus amigos la tarde entera, las entradas para el espectáculo pornopsicodélico ese que te ponen el anillo ese que se pone en... bueno, todo eso...

Pero todo se lleva, en amor y compañía... :-D

El Negro

Anónimo dijo...

Queridos Maria, Cacha y Alberto: Nada de dudas, nada de miedos, nada de fantasmas, nada de... nada.

Paaa empezar, Jose Antonio: (vease lo de Jose Antonio), ¿como "sos" capaz de plantearte a semejantes alturas, si seras un buen padre?, si te tuviera cerca, utilizaria una de nuestras mas conocidas y eficazes "armas" de los Navascues, darte una "golpiza"...

¿Como se te pasa por ese "melon" de cabeza semejante cosa?, tienes todo lo que seria deseable en el padre ideal, (no en vano, el tuyo fue un padre "como Dios manda"). De otra forma, seria una tremenda paradoja tu existencia como hijo (tal y como te conocemos todos), identica premisa tiene valor para Maria.

Bueno, "cariñitos a parte", las personas que conocen a Maria/Cacha, no tienen/tenemos la mas minima duda sobre vosotros como padres.

Las marcas de Alberto, (todas), desapareceran en poco tiempo, las vuestras tambien...

Y la autentica realidad, es que en muy poco tiempo, los verdaderos problemas, seran otros, (colegio, notas, amigos, etc.).

Alberto, como "personita nueva", tiene y tendra una capacidad increible, para dedicar el 99% de su "RAM" a todo lo importante: Papa, Mama, amigos, colegio, familia, tios y tias, (en especial a los mas estrafalarios... Tio Mangosta, etc.).

Bueno, que eso, que ya vale, que los amigos, familia y demas "seres" que tienen dentro de su corazon a los tres, tendremos muy presente que necesitais respirar como familia, y que precisamente por ello, mantendremos una prudencial distancia...

Besos Maria/Cacha/Alberto.

Anónimo dijo...

Bueno, qué pasa, ¿volvéis ya o qué?

Contar algo, por Diossssssssssssssss !!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Vamos, ni p.t. idea de ser padres, os quedan 3 años de becarios, 5 de contrato en practicas, 6 de programador, 4 de analista, 8 de jefe de proyecto, 4 de gerente y si por entonces habeis logrado que se vaya de casa, luego ya si, ya sois padres.

Anónimo dijo...

La verdad es que no es porque me haya cansado de escribir y de leer como va cada uno de los pasitos que estáis y habeis dado hasta hoy.

Pero tengo ganas de veros con esas caras que veo en las fotos aquí, con esa felicidad de que por fin ya esta Alberto en casa.

Y claro, la cara de desesperación, porque no come, porque no se porta bien .....

El oír Alberto no, Alberto ven, Alberto .....

Vamos la rutina tan bonita que es el día a día de ser padre.

Gracias a dios que en esta vida hay alguien que nos ayuda y nos empuja para que no seamos cobardes y podamos afrontar cada uno de los momentos que tenemos que vivir.

Y por eso como hay un dios que esta con nosotros, esta Alberto que es un angelito que os ha mandado a vuestras vidas y por algo es.

Como he oído decir muchas veces a mi familia, Dios lo hace y sabe porque lo hace.

Chicos que me alegro un montón de que seáis tan felices como estoy viendo en cada unas de las fotos.

Que en cuanto podamos conocer a Alberto, no dudéis que seremos los primeros en hacer cola de la puerta de su casa.

Un besote Sandra, Isra y Rubén.