domingo, 13 de mayo de 2007

V. NO ERA ALBERTO

El jueves por la tarde nos dieron en el CA el premiso para visitar al niño en el orfanato; abandonamos el piso con Yulia, nuestra traductora y Basili, nuestro conductor, montados en su Mercedes Vito. Atasco de salida de Kiev, a las seis de la tarde, fin de la jornada laboral. ¿Habrá atasco en Madrid? Si, como siempre. ¿Se puede echar de menos un atasco?

Nudo en el estómago; tenemos un viaje por delante de 600 km hasta Kherson, por carreteras de las que en España ya no quedan. Cada dos minutos, Maria y yo nos mirábamos, para darnos ánimo. El camino se hace pesado, con baches y lleno de curvas; intento leer una biografía de Sandor Marai, pero las lineas me dan saltos y la cabeza se me va al encuentro de mañana. Le pido a Dios que el niño esté bien, pero a la vez sé que es un deseo infantil: el niño estará como esté, independientemente de lo que yo le pida; entonces le pido que sepamos reaccionar adecuadamente, que seguro que en eso si me puede ayudar. Le pido a Alberto, que el día 10 hace dos años de su muerte, que me eche una manita, también; conociéndole, seguro que ya se ha hecho amigo de San Pedro y salen por ahí de cañas. Le pido que me ayude a decidir bien.

¿Alguien ha elegido esposa/marido en unas horas? ¿Por qué nosotros tenemos que elegir así a nuestro hijo? Además, las opciones no han sido las de un “desfile de belleza” ni mucho menos. Mañana tomaremos una decisión trascendental para nuestras vidas en unas horas; tomando datos a través de Yulia, viendo al niño y enviando la información –por conexión inalámbrica a internet- a Madrid.

A las 2:00 llegamos a Kherson, con ese cansancio y ese mal cuerpo que ocasionan los viajes desagradables; la ciudad está oscura. El hotel es una casa grande, una villa a las afueras de Kherson; las calles para llegar son africanas, por los baches. Nos abre una señora rubia, eslava, muy amable. Tenemos tres habitaciones, para los cuatro. La decoración es indescriptible; la nuestra, en tonos naranjas, con cortinas de cretona, muebles lacados en blanco con motivos japoneses o algo así, lámparas churriguerescas…. Son las 2:30 de la mañana; a primera hora tenemos que ira al Ayuntamiento donde la inspectora nos dará su permiso para visitar al niño en el orfanato. ¿Quién duerme? Nos metemos en una cama que es la mitad que la nuestra. Intentamos dormir hasta las 6:45. Imposible dormir. Maria da vueltas, yo también. A las 5:00 amanece y, que suerte la nuestra, la habitación está orientada al este. Las cortinas naranjas se convierten en un luminoso de neón de ese color. Intento visualizar que pasará mañana, las preguntas que tengo que hacer, como me tengo que comportar; por un lado, frío, sin implicarme demasiado, por si sale mal; por otro lado, puede ser el primer encuentro con mi hijo….

Intento ir a los asuntos prácticos: las fotos, los gráficos de crecimiento craneal, las preguntas sobre lo que sabe hacer: ¿anda, coge cosas con las dos manos, chuta a un balón, oye bien,,,? ¿Qué pensará Maria? Su cara no refleja felicidad, en ningún momento… y eso es lo que a mi más me preocupa. No hemos venido aquí a tener un heredero, a seguir la saga familiar, tristemente rota, por ahora, ya que ni mi hermana ni yo tenemos hijos. Hemos venido aquí a ser una familia, ¿con este dolor de estómago se hace una familia? Maria siempre tiene las sensaciones de lo que va a pasar… ¿por qué me mira con miedo, pero con cara de que está tranquila? No se…
Nos levantamos antes de que suene el despertador. Preparamos por undécima vez las maletas –y las que nos quedan- y bajamos a tomar un café. Basili y Yulia ya nos esperan.

Pasamos por el Ayuntamiento a por otro permiso, que nos da la inspectora de menores. De camino al orfanato paramos a comprar galletas para los niños en un mercadillo. No tienen cinco cajas iguales así que compramos de varios tipos, todos muy básicos. Llegamos al orfanato, se ve por las vallas pintadas de colores. Entramos con la Vito, aparcamos y Basili nos abre la “bolsa del niño”, que Maria preparó con tanto amor en Madrid y que desde la T4 lleva envuelta en el celofán que la protegió en la facturación. Saca dos juguetes que hacen sonidos para "interaccionar” con el niño. Yo sujeto mis nervios con la cara de palo que se me pone cuando sujeto mis nervios.
Subimos unas escaleras; el sitio tiene buena pinta, está limpio aunque hay un olor extraño en el ambiente y un montón de cuidadoras. Salen llevándose niños en brazos por los pasillos. Todos parecen “normales” (sin defectos aparentes). ¿Qué estamos haciendo?

Llegamos a la puerta del despacho de la directora. Antes tenemos que pedir permiso a la secretaria. Estos excomunistas son muy protocolarios. Entramos. La directora tiene cara de jefa como todos los jefes de estos sitios. Mediana edad, tinte caoba, arreglada como de hace veinte años. Nos ordena el sitio donde debemos sentarnos. Obedecemos marcialmente.

El despacho es una mezcla de funcionarial y de guardería. Tiene muebles de madera y algunos juguetes anticuados en un sillón. Le hace la rosca a Maria Eugenia diciéndole que su nombre es muy bonito, que existe en todos los idiomas; María da las gracias educadamente con un hilillo de voz. Nos empieza a contar los antecedentes del niño que ya conocemos, con muchas pausas, como si le costara mucho darnos la información, leyendo entre legajos del expediente de V, dándose importancia. No nos dice nada nuevo, paro tomamos notas, muy aplicados. Nos dice, para relajarnos que no apuntemos tanto, que ya nos dará ella una copia de todo. Lo mismo decían los profesores en la universidad y luego no daban nada, yo sigo escribiendo, por si acaso.

Se anda por las ramas e intento centrarla: ¿de qué le han operado? ¿tiene le paladar hendido también o sólo labio leporino?. Me dice, como si le molestara, que tiene el paladar blando, quizá un poco abierto, pero que se le está cerrando. ¿Le han cerrado el paladar en al operación o solo el labio? Me mira confundida a la vez que se lo traduce Yulia. Bueno, eso se lo tendré que preguntar al cirujano que le operó, y eso será el lunes o el martes, a ella no le consta… Desde el primer momento, nos ha puesto una foto del niño delante, más actualizada de la que vimos en la ficha en el CA. Está lleno de heridas por la cara y Maria le pregunta que de que son; ella se rie y dice que de las peleas entre niños, que algunos tienen huellas de mordiscos en las mejillas…. Que juerga.

Toca un timbre y me temo lo peor, que lo traigan para que lo conozcamos sin que sepamos un diagnóstico claro de él. Yo quería evitar verle si la cosa era grave, pero nos lo quieren meter por los ojos. Nos dice que el niño tiene una sorpresa muy agradable: Maria y yo nos miramos, esperanzados… ¿estará bien del todo? ¿Será un Einstein? ¿Le habrán operado y nos va a dar la sorpresa al final de que el niño está bien? La tía nos dice que como todos los niños huérfanos, tiene una cartilla donde el estado le ingresa un dinero, pero que este, además, como tiene declarada una minusvalía (¡¡¡¡¿¿¿UNA QUÉ…???!!!!!) tiene 900 grivnas más ahorradas. Pienso que se las puede meter por donde no llega la luz del sol, pero le digo a la traductora que le diga que se las donaremos al orfanato.

Se abre la puerta y entra una cuidadora con V. Yo no quiero ni mirar y busco afanosamente la cámara de video –la de fotos nos la robaron- para hacer las fotos de rigor. El niño es muy rubio; está alto para su edad, se desenvuelve bien. Está intimidado, sólo interactúa con la cuidadora. Nos mira de soslayo. Tiene la típica cara inexpresiva de los niños institucionalizados, que los hace poco “queribles”, pero a este se le suma su labio y nariz torcida y una herida en la barbilla curada con mercromina. Tiene unos ojos azules preciosos, inexpresivos, fríos, que miran con vergüenza. No siento nada, me refugio detrás de la cámara y le digo a Yulia que les diga que tengo que hacer fotos del paladar.

Lo intentan de varias formas, pero el niño se resiste; mientras nos dicen que come muy bien y que habla por palabras, no por frases. Maria le da una galleta que come con dificultad, pero agarra otras dos con cada mano. No puedo hacer las fotos. Nos llevan a otro cuarto, donde hace mucho calor y allí lo volvemos a intentar. No puedo, la cámara no tiene flash, no abre la boca. En ese momento, optamos por verlo directamente: tiene una hendidura desde la garganta hasta la encía, como de un centímetro de ancho; le han cosido la encía malamente; un lado del maxilofacial superior, el izquierdo, tiene todos los dientes torcidos, como girados 90 grados, tiene la campanilla dividida en dos….

Es un horror, como los peores casos que vimos en Internet. Intentamos mostrar naturalidad, no preocupar al niño, jugar con él. Estamos en un cuarto de juegos que, según nos dicen, sólo usan una hora a la semana, así que V. se dedica a sacar todos los juguetes y a lanzarlos. Intentamos comprobar si oye bien, parece que si. V. coge un palo de un juego de construcción y se dirige a Maria, para pegarle con él. ¿Un niño pegando a Maria, que es la reina de los enanos? ¿Qué pasa aquí? Se llevan al niño y decimos que tenemos que enviar la información a Madrid.

Maria dice que quiere dejar el resto de galletas en el orfanato y le dirigen a una habitación. Detrás hay una cuidadora que por señas le dice que se las reparta a un montón de enanos, menores de cinco años que pululan por allí. Hay niños de todo tipo, la mayoría rubios, alguno es demasiado delgado, otro tiene la cabecita muy gorda, algunos se esconden y otros se tiran a por las galletas, pero en general son muy simpáticos con nosotros. ¿Qué demonios estamos haciendo? Tememos alguna escena tipo “mamá, papá” y agarrones del pantalón, pero afortunadamente no se produce.

Salimos de allí con auténtico mal cuerpo, le decimos a Yulia que busque un sitio para desayunar para calmar el dolor de estómago y enviar las fotos y la información a Elena, la amiga de Doc, que nos dará su opinión. Mientras desayunamos, me concentro en enviar correos. Maria me pregunta varias veces que pienso. Le digo que debemos tener toda la información para tomar la mejor decisión. Estamos agotados por los nervios que hemos pasado, por no dormir, tenemos un mal cuerpo indescriptible…. ¿así deberíamos celebrar el haber conocido a nuestro hijo? Esto no puede ser, así no puede ser, no puede ser…

Elena, la medica, nos llama para informarnos de lo que ha visto. Efectivamente, es un caso muy grave al que tenian que haber operado del paladar hendido a los tres meses de edad. Nos cuenta que tendra por delante un minimo de seis intervenciones, cierre del paladar, reconstruccion de la nariz, cierre de encia, cierre de campanilla, implante de injerto de cadera en el maxilofacial superior para luego hacerle implantes dentales... Lo peor es que despues de todo esto nada garantiza que vaya a quedar bien, que vaya a tener una vida normal. Según ella, puede tener importantes defectos auditivos, nunca va a poder hablar bien, a pesar de que dediquemos todo el tiempo del mundo a logopedas y foniatras, es muy posible que tenga contínuamente infecciones en el maxilofacial superior por los germenes de la boca, que se colarán por los implantes....

Un panorama de vida por delante que se nos pone tan cuesta arriba que, sin mirarnos, nos hace darnos cuenta de que no es lo que hemos venido a buscar.

Yo pienso que si adoptamos a V., se nos hara muy dificil volver a adoptar a otro niño, tal como teniamos previsto. Es eso lo que hemos venido a hacer.


¿Cuál es mi principal objetivo? Hacer feliz a mi mujer que es mi familia y que es a quien quiero. Yo sé que ella es capaz de afrontarlo todo, pero ¿esto la va a hacer mas feliz?

Mi respuesta es no.

Maria me dice que no podemos dejarle allí, abandonado, que si no le adoptamos nosotros, nadie le va a adoptar. Yo le digo que solo podemos llevarnos a uno y ese uno es el que tiene que ser el origen de nuestra familia, no su fin. Nos dedicamos a hablar durante varias horas, paseando por Kerson -mientras Yulia y Basili nos esperan en la furgoneta-, buscando posibilidades, intentando vislumbrar una luz.... que no aparece en esa mañana, paradójicamente, luminosa de primavera.



Al final decidimos que no. Se lo comunicamos a Yulia, que nos anima diciendo que hemos hecho lo correcto. Prepara los tramites: hay que volver al Ayuntamiento a decir que no lo adoptamos, obtener otro certificado, etc. Volvemos a Kiev con una extraña sensacion de alivio en el cuerpo, sabiendo que hemos hecho lo que teniamos que hacer. Le digo a Maria que podemos hacer una donacion en la cartilla de V. para que le operen de mayor. Ella, mas lúcida, me dice que si le adopta alguien se quedará con ese dinero. ¿No podemos ayudarle de alguna forma? No sé.


Durante el viaje intercambiamos constantemente miradas de ánimo y mensajes de cariño. Hemos hecho bien, aunque no ha sido facil.

Nos preparamos para la segunda cita, que esperamos que sera en una semana.

Llegamos a Kiev tras ocho horas de viaje. Nos llevan a un apartamento en un edificio viejo del centro de Kiev. El piso es asqueroso, deprime sólo de verlo. Son las doce y no podemos llamar a nadie para quejarnos ni para cambiarlo. No podemos cocinar, los cacharros estan asquerosos, no tenemos gas, no tenemos microondas, no hay de nada. Cenamos poco sentados en unos tristes taburetes en la cocina. Nos queremos, ¿qué más nos hace falta??

Mañana sera un dia mejor. Seguro.

Cacha



PD: Perdonad por no haber escrito antes, pero para colmo de males se me ha estropeado la conexion a internet. Escribo desde un cyber.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Querídisimos míos:
Os ha tocado pasar, y lo lamento, lo pero que te puede ocurrir en una adopción: un rechazo. Imagino los momentos que habéis vivido y el dolor y los sentimientos encontrados que produce pero ambos tenéis razón en una cosa: habéis hecho lo correcto. ¿Y por qué? Porque si no podéis asumir toda la carga emocional que supone la enfermedad de ese niño y sus complicaciones simplemente no soís sus padres ni él es vuestro hijo. Cuando lo encontréis, que lo encontraréis, lo sabréis y nada ni nadie se os pondrá por delante, os digan lo que os digan, haya lo que haya. Ha sido un acto de valentía y de honestidad que todos debéis agradecer. Y como todo acto de valentía tiene un precio alto: dolor, mucho dolor. Os dije es vuestra casa que eso la maternidad-paternidad, valentía y acabáis de comprobarlo.
Conozco esas noches terribles de las que hablais y ese nudo imposible en el estómago. Incluso conozco la contención de los sentimientos por no tener claras las cosas. Pero os garantizo que un día se olvidan ante una sonrisa, un abrazo, un primer "mamá" y una mirada cómplice. También vosotros viviréis eso.
Ahora unos días en Kiev reposando cuerpo y alma, ahuyentando fantasmas y malos espíritus y poniendo la cabeza en su sitio y el corazón en el suyo. Estamos con vosotros y, aunque no nos oigaís, os hablamos.
Repito lo que os dije: un sms con el nº de tf del apartamento y soy una terapéuta, si lo necesitáis.
Creo en la figura maternal de la Virgen y creo en el Ángel de la Guarda, a quién pido todas las noches muchas cosas, y a ambos los voy a tener, por tercera vez este año, pluriempleados. No obstante estaría bien que Igor se pusiera las pilas.
Tranquilos, todo saldrá bien. Nadie dijo que fuese fácil, lo que pasa es que ha vosotros os ha tocado, ya ha pasado, la parte más difícil. Pero seguiremos aquí.
¡Ah! por Díos que os cambien de apartamente que los hay estupendo y si no que os lo cuenten Eva y Alberto, Masters en Kherson, que les tocó uno de "diseny" en Kiev. Vale que las entradas sean de decir "Ábrete Sésamo" pero el interior ha de tener unos mínimos exigibles. Y si no amenazad con cantar "Que Viva España" hasta que la cosa mejore.
Un beso fortísimo desde el corazón de la adopción:

Los 3 de Colmenar

Anónimo dijo...

Llevo más de media hora delante del ordenador buscando alguna palabra que os puede servir de ánimo. Creo que todo lo que digamos los que estamos aquí no va a superar la fuerza que sacais de vuestro interior para superar estos malos momentos. Pero como dijo alguien que piensa mucho "las personas valientes no se miden por las veces que se caen, sino por las veces que se levantan". Y como lo que habeis pasado no es más que eso, malos momentos, ahora le toca el turno a los buenos momentos. Estoy seguro que todo es por algo, vuestro hijo o hija os sigue esperando. La buena noticia es que le teneis ya muy muy muy cerca. Os seguimos mandando toda nuestra energía positiva.Besos.Besos.Besos.

Anónimo dijo...

Como sabeis lo mio no son las palabras así hay van unas pocas: bien,bravo,adelante,valientes, animo,fuerza,paciencia,sabiduria,corazón,valor,AMOR.

Besos.

Anónimo dijo...

hola soy elisa.
Bueno como siempre mas lagrimas.
Solo deciros qu eyo tube un aborto del primer embarazo, si os sirve de consuelo yo me senti muy mal, me hechaba la culpa por si yo habia hecho algo mal, pero alcabo de un tiempo pense si no hasi esta vez es que no tenia que ser, y eso es lo que pienso de v. si no es Alberto que que no tenia que ser.
Asi que, tranquilos como todo en esta vida llega, y el niño tan deseado llegara, estoy tan segura que como a mi me llego.
Os queremos un monton

Anónimo dijo...

Cecilia y Miguel sólo os podemos decir que ánimo. Sólo nos queda una jaculatoria sacada de los salmos para daros ánimo: "que no quede frustada mi esperanza". Nos acordamos de vosotros y rezamos. Porque en estas cosas no sirven sólo las palabras o las palmaditas en la espalda. Un beso.

Anónimo dijo...

Dicen que hay semillas que no dan simiente
y el trigo no crece a la orilla del mar
dicen que se acercan inviernos calientes
primaveras secas sin polinizar
dicen que es posible, que un odio invisible
vendrá a la ciudad
Pero yo les digo que hay gente valiente.
Gente como vosotros.


Temen que la empresa les abra expediente
los inteligentes no deben hablar
Temen que se seque su cuenta corriente
y la tele seca sus ganas de amar
Dicen que es mentira, que aquí nadie mira
por los demás...
Pero yo les digo que hay gente valiente.
Gente como vosotros

Sé que hay un lugar para mí
en un rincón del jardín
me sembraré junto a ti
como un grano de mostaza que sueña con crecer
y el viento se lleva tras él.

La mitad de mi alma flota por los cielos de Kiev.

La otra mitad se hace música. Dios me hace más caso cuando busco la belleza.

Os adoro, familia.

Anónimo dijo...

Curiosamente en el último mensaje que os mandé me pasó lo mismo que a Rafa, no encontraba palabras para daros más ánimos aunque como os conozco muy bien, se que tenéis fuerza para exportar.
Me alegro un montón de que por fin ese tunel oscuro se vaya haciendo cada vez más blanco y que la luz inunde vuestros corazones y ójala que la de vuestro rorro.
Ah, no me creo en absoluto lo de la conjuntivitis de Cacha, ¡Maria, deja de pegarle puñetazos ya a la mierda del crío que tienes la mano muy larga!, y tu Cacha tranquilo, que como sabes, no hay mal que cien años dure.
Bueno no me enrollo más, besos para los dos, achuchones y "palante" papis.

irynabest dijo...

Sois buenos padres i muy guapos. Yo me llore ver vosotros con niño. Yo soy ucraniana i vivo en Valencia, estoy en la espera mas de 4 años en vitro i si que veo como quereis este niño tan precioso. En Ucrania hay mucha corupcion. Todos queren dinero. Fatal. Suerte en todo.